Los bonsáis son un tipo de árbol en miniatura cultivado en maceta muy apreciado por su estética; de hecho, la palabra bonsái significa, literalmente, “plantado en una maceta”. Se suele pensar que los bonsáis son plantas delicadas y difíciles de mantener (su cultivo es considerado todo un arte en Japón), pero la realidad es que cualquiera puede iniciarse en este mundo si tiene en cuenta algunos consejos básicos para cuidar un bonsái. Te los contamos a continuación.
Elige el bonsái adecuado
Existen muchísimas especies de bonsáis diferentes, pero si queremos tener éxito iniciándonos en esta aventura lo mejor es que optemos por aquellos de especies tropicales y subtropicales, ya que son los únicos aptos para su cultivo en interiores. El bonsái de ficus, de aligustre o el árbol de jade son algunas de las especies que puedes elegir para tener en el interior de tu casa.
Otras especies muy comunes son las de abeto, pino o enebro, pero estas, al igual que sus árboles de tamaño normal, necesitan estar en el exterior expuestas al paso de las estaciones para conseguir un desarrollo normal. Si eres totalmente novato, mejor evítalas.
Ubica bien tu bonsái
Todos los bonsáis necesitan recibir una abundante cantidad de luz solar.
En el caso de los bonsáis de exteriores, es válido cualquier rincón del balcón, terraza a jardín, siempre que estén resguardados de las corrientes de aire y del sol muy directo, ya que el calor excesivo les afecta negativamente.
Para los bonsáis de interior, lo mejor es situarlos en una ventana con orientación sur, aunque puede ser necesario reforzar su aporte de luz con lámparas especiales para plantas. También es importante alejarlos de fuentes de calor como la calefacción, ya que les quita la humedad tan necesaria en las especies tropicales y subtropicales.
Controla el riego del bonsái
Los bonsáis crecen en macetas bajas y alargadas, por lo que si no regamos adecuadamente es muy fácil que acabemos perdiendo a nuestro pequeño árbol por pudrición o por deshidratación. Cada especie de bonsái es única y también los factores a los que está expuesto (luz, humedad ambiente…) y todo eso influye en cuándo lo debemos regar. Pero para ponértelo fácil, debes tener en cuenta algo fundamental: riega cuando veas que el sustrato empieza a secarse y nunca dejes que pierda toda la humedad. De hecho, en muchas ocasiones también puede ser necesario que pulverices las hojas de tu bonsái, sobre todo los tropicales y subtropicales cuando el ambiente está muy seco.
Utiliza el sustrato y abono adecuados
La tierra para bonsáis debe garantizar un drenaje adecuado, por lo que las que contienen roca volcánica o pequeñas piedras resultan especialmente ideales. También es importante que sea ligero y que no tienda a compactarse, para permitir una correcta oxigenación de las raíces.
En cuanto al fertilizado, lo mejor es optar por un fertilizante específico para bonsáis y usarlo solo durante las épocas de crecimiento del árbol, que suele darse en primavera y otoño.
Poda para dar forma a tu árbol
Los bonsáis son árboles y por lo tanto crecen como tales. Para mantenerlos pequeños, sanos y con una forma bonita, es importante quitarle las ramas defectuosas o innecesarias y así ir consiguiendo el resultado que buscamos.
La poda ha de realizarse preferiblemente hacia finales del invierno, ya que el bonsái todavía se encuentra en reposo y por lo tanto no sufre tanto los cortes que le hagamos. También es importante utilizar herramientas específicas para bonsáis para ganar precisión y evitar daños innecesarios.
Cultivar un bonsái no es tan difícil si tienes en cuenta algunos aspectos básicos. Si quieres iniciarte en este apasionante universo, recuerda que puedes conseguir tu primer bonsái y todos los accesorios que necesitas para cuidarlo en nuestro vivero. ¡Visítanos!